El 30 de agosto, en un ataque aéreo en la capital de Yemen, Saná, resultó muerto del líder del movimiento hutí y jefe de Gobierno, Ahmed Ghaleb al-Rahwi. En el ataque también perecieron otros altos mandos del movimiento. Tras el incidente, los rebeldes hutíes juraron públicamente venganza contra Israel.
Según la cadena oficial controlada por los hutíes, el movimiento prometió una “respuesta dolorosa” y amenazó con intensificar sus operaciones en el Mar Rojo y contra intereses israelíes.
La Oficina del Enviado Especial de la ONU para Yemen expresó preocupación por la escalada de violencia. En un comunicado, mencionó que los ataques hutíes contra Israel han sido seguidos por ataques israelíes en zonas controladas por Ansar Allah, el movimiento político de los hutíes. El enviado especial instó a todas las partes a proteger a los civiles y a no permitir que Yemen se convierta en un campo de batalla para un conflicto regional más amplio.
Fuentes: saba.ye – un.org – osesgy.unmissions.org
