El 24 de agosto, en el marco de la escalada de tensión entre Estados Unidos y Venezuela, Washington desplegó en la zona del Caribe elementos militares entre los que se encuentran un submarino nuclear de ataque, el Grupo Anfibio Iwo Jima, un avión P-8 Poseidón, 30 aviones de combate (incluyendo F-35B) y una Unidad Expedicionaria de Marines 22. El secretario de Defensa estadounidense informó que el despliegue tiene un enfoque estratégico de amplio alcance en toda la región y busca contrarrestar amenazas provenientes de los carteles de droga latinoamericanos.
La portavoz de la Casa Blanca afirmó que el presidente Donald Trump “usará todo el poder del país para poner freno a la entrada de sustancias prohibidas y llevar a los responsables ante la justicia”, y aseveró “El régimen de Maduro no es el Gobierno legítimo de Venezuela. Es un cartel de narcotráfico. Esta administración considera que Maduro es un fugitivo, jefe de ese cartel”.
El Grupo Anfibio está compuesto por las embarcaciones USS San Antonio, USS Iwo Jima y USS Fort Lauderdale, que transportan 4500 efectivos, de los cuales 2200 son marines, cuentan con capacidades para realizar misiones globales rápidas y operaciones anfibias. El P-8 Poseidón es una aeronave de patrulla marítima orientada a la vigilancia, reconocimiento y seguimiento de objetivos. Por otro lado, el submarino de ataque aún no fue identificado.
Nicolas Maduro calificó la operación de “amenaza estrafalaria y extraña de un imperio en decadencia” y un intento “inmoral, criminal e ilegal” de cambio de régimen. Gobiernos como los de Cuba y Nicaragua se sumaron a Venezuela y condenaron la acción de Estados Unidos como una amenaza a la paz regional. Por otro lado, el ministro de Defensa de Colombia respaldó la decisión de Washington.
Fuentes: southcom.mil – minseg.gob.pa – geopolítica.iiec.unam.mx
